martes, 15 de diciembre de 2009

LA PSICOMOTRICIDAD Y LA EDUCACION INICIAL


Sabemos que en la carrera Docente de Nivel Inicial existen cuerpos teóricos específicos, pero también se incluyen otros, que aportan desde distintas perspectivas para la comprensión- explicación del campo de estudio: “La Educación” y que no existe una mirada única y totalizadora que dé cuenta de la misma.
Conocer al niño en sus características, posibilidades y limitaciones en esta etapa de la escolarización, es el pilar fundamental en la formación de los docentes del nivel, para la función específicamente pedagógica, que demanda la formación de los niños en su estadía dentro de las instituciones educativas. El objeto de la práctica educativa es un sujeto, que ha atravesado por el proceso de constitución subjetiva, transformando al organismo humano en un sujeto cultural, portador de un cuerpo con una historia, sede de sensaciones, afectos, conocimientos, acciones, expresiones y una intencionalidad dada principalmente por lo que el niño sabe hacer.
Diversas disciplinas aportan para la comprensión de la complejidad del sujeto de la educación. Entre ellas, la Psicomotricidad. Se trata de la disciplina que estudia al cuerpo en movimiento interactuando con el psiquismo. Como expresa Pierre Vayer: “La construcción del esquema corporal, es decir, la organización de las sensaciones relativas a su propio cuerpo en relación con los datos del mundo exterior, juega un papel fundamental en el desarrollo del niño, ya que dicha organización es el punto de partida de sus diversas posibilidades de acción” (1)“El niño percibe ese mundo exterior a través de su cuerpo a la vez que también con su cuerpo, entra en relación con él. Todas las formas de relación, y el conocimiento es un aspecto de la relación, están ligados a la acción corporal” (2).
La Psicomotricidad ofrece al docente de Educación Inicial una mirada hacia la enseñanza que estriba en que el conocimiento es integrado por las estructuras del pensamiento que se forman en las estructuras de la acción. A partir de la acción el niño pasa a la representación mental, al simbolismo, a la figuración y a la operación. La actividad corporal (motriz) y las actividades sensoriales contribuyen de manera fundamental al desarrollo de la inteligencia.
Los autores A. Costa y Ma. L. Mir plantean: “El niño pequeño se expresa por gestos y toda la comunicación con los otros es a través del movimiento. Esta comunicación esencialmente motriz dura toda la primera infancia y evoluciona desde una manifestación descontrolada y difusa de todo el cuerpo a unos niveles de autocontrol, cada vez mayores.” (3)
La Psicomotricidad aporta recursos claves para el docente de Educación Inicial: la motivación, la integración, afectividad y juegos.
Es necesario destacar que la disponibilidad corporal del docente, fundiendo sus conocimientos teóricos con la vivencia de su propio cuerpo puede jugar un papel de máxima importancia para interactuar con los niños, y para ello es imprescindible la vivencia personal de su propia disponibilidad corporal.
“Estar disponible para el niño es saber esperar, que no quiere decir mostrarse pasivo, sino entrar en el juego del niño y ayudarle a evolucionar por medio de sugerencias verbales, aporte de objetos, etc.; es, en suma, comunicar a nivel infraverbal: con el propio cuerpo, con el objeto, con el otro, con el espacio, con el grupo….”
Consideramos central la doble vertiente del cuerpo en movimiento en la práctica pedagógica con sujetos del aprendizaje de Educación Inicial:
• Conocer el desarrollo psicomotor del niño.
• Concebir al cuerpo como sede de sensaciones, afectos, expresiones e historia.
Los diversos recursos que aporta la Psicomotricidad para el docente de Educación Inicial como herramientas para promover y estimular con la planificación de actividades el desarrollo psicomotor e integrar su propio cuerpo en movimiento en la práctica pedagógica como un instrumento al servicio de la comunicación y el aprendizaje.
Referencias
1.- Vayer, Piere El diálogo corporal. Ed. Científico-médica .Barcelona.1972. Cap. 1
2.- Idem.
3 Costa, A. Mie, Ma. L. Pedagogía de la escuela infantil. Ed. Aula XXI Santillana. Madrid. 1989. Cap.8

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